Nuestras tradiciones Canarias




Este texto es un canto a las tradiciones canarias y a nuestros antepasados. Es un artículo realizado por el alumno de 4º ESO- A, Juan José Rivero Caballero, que es un maestro en el difícil arte de la improvisación. Asiduo versador y, a pesar de su juventud, entrañable participante en actividades culturales que tienen como objetivo intentar rescatar y conservar nuestro patrimonio inmaterial.
Me gustaría felicitarlo y homenajearlo desde este confinamiento severo y después de un mes en casa por varios motivos: 
-para que siga luchando y disfrutando de lo que le gusta,
-para que siga enseñando a otros su talento y trabajo, tanto en el difícil arte de la improvisación como en el manejo del timple, menudo es,
-para que siga mostrando su constante pasión por lo nuestro en un escenario y compartiéndolo de forma generosa a los demás, porque, a pesar de los días de sinsabores, siempre hace un esfuerzo tremendo para brindarnos la mejor de sus sonrisas,
-y porque con dos leves pinceladas sobre el texto argumentativo y sus características, lean lo que hizo el muchacho y juzguen ustedes. 
Gracias por tu excelente trabajo y gracias por compartirlo. 

Las Tradiciones en Canarias
Actualmente se están realizando una serie de actividades que directa o indirectamente están ayudando a que las tradiciones en Canarias no se pierdan. A pesar de que muchas instituciones estén dando la importancia máxima a las tradiciones, lo interesante en realidad, es ¿qué importancia se le da a las tradiciones actualmente por parte de los jóvenes?
 La identidad cultural de Canarias está en construcción constante y siempre ofrece una aportación a la riqueza cultural del mundo. Su condición de archipiélago, caracteriza una realidad única, y la idiosincrasia en Canarias, que es fruto tanto de una historia y unas condiciones para su desarrollo, como de los impulsos y las apuestas del presente, es algo que, desde mi punto de vista, no se debe perder, ya que las bases de una sociedad están labradas por su historia y sus costumbres. Tampoco deberían dejar de haber acciones que, tanto organismos públicos como personas singulares, aporten para sacar a la luz antiguas tradiciones que nadie sabe. Esto que se conoce como el rescate de costumbres o tradiciones ya sean artísticas, manufactureras o una simple expresión, nos ayudan a que nuestro pueblo siga teniendo una identidad propia.
Por otra parte, pienso que las tradiciones no tienen por qué ser lineales o no se puedan modificar, ya que si no, creo que seríamos una sociedad estancada en pensamientos anteriores con respecto a nuestra forma de vivir actual, aunque con esto no quiero decir que se abandone lo que se hacía antes. Desde mi punto de vista, lo que hay que hacer en las fiestas, es ir modernizando los actos, como se está haciendo ya en algunos lugares para ir adaptándolos poco a poco a la sociedad actual.
Mi forma de enfocar este tema podría estar condicionada porque, desde los tres años, he estado vinculado a un grupo folclórico que fomenta las tradiciones de repentismo y danza pero, cuando a veces estoy en una romería o en una actuación y observo a muchos niños pasándoselo bien cantando, bailando, jugando a la soga o, incluso, a otras muchas cosas más, aparte de pensar que me estoy haciendo mayor, también me siento orgulloso de lo que, desde pequeño, estoy haciendo. Sobre todo, el saber que los niños sienten las tradiciones como algo divertido, de lo que se puede aprender, los que de verdad amamos lo que nuestros mayores inculcaron a nuestros padres, tíos, primos y, comprobamos que el número de amantes de nuestra cultura crece, de igual manera que hace un tiempo atrás, es una satisfacción para los que alguna vez en su vida han defendido las tradiciones, incluso solo con ir a las actuaciones de un par de grupos que acaban de empezar o ir a una romería a probar si les gusta.
En definitiva, todos podemos contribuir a mantener vivas las costumbres con un simple y sencillo gesto, como dar una parte de tu tiempo a disfrutar de un museo de artesanía o viendo Noche de Taifas, Tenderete o escuchando décimas en la radio con el programa “Ochosílabas”. Todos, absolutamente todos, podemos ayudar de una forma o de otra. Para mí no hay nada mejor que defender nuestra identidad de la manera en la que yo lo hago y, si yo fuera ustedes, intentaría hacer algo por nuestra idiosincrasia. Lo digo por experiencia, porque si la perdemos es muy difícil de recuperarla. La peor muerte no es la física, sino la cultural y espero que las cosas se sigan haciendo como hasta ahora, y creo que deberíamos cuidar lo nuestro, solo por respeto a los que algún día dieron parte de su tiempo, incluso toda su vida por mantener viva nuestras tradiciones.
Sería sensato reconocer y, además, es un hecho probado, que las tradiciones canarias se nutren de otras que vienen de fuera, no solo de otros países y continentes sino también en encuentros regionales y con otras comunidades de la península. En mi municipio, desde hace veinticinco años se celebra un festival internacional de folklore todos los veranos. A este acuden grupos de todos los continentes con religiones, danzas, razas, lenguas, gastronomía... diferentes por su país o por su región, estas características consiguen que el mestizaje de tradiciones sea mayor y más variado. Aparte de realizar sus respectivas actuaciones, a los grupos que llegan se le aportan conocimientos sobre las costumbres locales y por supuesto ellos nos dejan aquí un poco de su cultura, no solo mediante sus actuaciones sino también con vestimentas, objetos o utensilios propios de sus países. Es tanta la confraternización entre culturas que se crea, que de estos festivales han salido incluso algunas parejas de canarios con personas de otros países, que han tenido hijos que disfrutarán de las dos identidades e ideosincrasias. ¿Qué quiero decir con todo esto? que las tradiciones no solo las podemos cuidar y salvaguardar los canarios, sino también con las acciones de otros pueblos y lugares, así como nosotros a sus culturas.
Los canarios tenemos suerte de ser una sociedad muy comprensiva y solidaria, -demostrado ha quedado a lo largo de la historia-, por eso estoy seguro de que cuando la cultura necesite de nuestra ayuda, siempre habrá algún canario que la socorra. Gracias al trabajo conjunto, no hemos llegado a esa triste situación, pero nunca se sabe cuándo pueda pasar, ¿ahora, dentro de cincuenta años...? Por eso es tan importante esa pregunta que nos hacíamos al principio ¿les importan las tradiciones a los jóvenes? Desde mi punto de vista sí, pero el problema que yo intuyo es que cuando esa pérdida de identidad nos necesite ¿estaremos ahí para rescatarla?. Lo dudo mucho.
De hecho, para mí no es suficiente una hora de cultura de canarias a la semana, por ejemplo, ni otras muchas cosas más que no se hacen bien en nuestro territorio, porque cuando los jóvenes actuales tengan hijos y estos también, ¿seguirán hablándoles de tradiciones?, ¿les apuntarán a alguna actividad cultural?. Yo lo dudo mucho. Este es el principal problema al que se enfrenta nuestra sociedad y, aunque se están dando pasitos para intentar solventar la situación y se ha estado mejorando en los últimos años, para mí no es suficiente.
En conclusión, estamos cada día disfrutando del legado que otros nos han dejado, que mejor que conseguir que ese regalo que nos ofrecen, tenga la seguridad de que con nuestra ayuda incondicional pueda prosperar a lo largo del tiempo para que otros disfruten también de lo que nosotros hemos disfrutado. Eso no se podrá lograr si no mejoramos la situación actual y lo que necesitamos es darle más importancia todavía a las tradiciones, las costumbres y la cultura en general, para lograr que nuestro patrimonio e identidad estén seguros.
Juan José Rivero Caballero 4º ESO A

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